domingo, 13 de febrero de 2011

Bye...siempre nos quedará Somosaguas

Hemos llegado al final del camino iniciado juntos a principio de curso….así que es necesario echar la vista a atrás y hacer una pequeña evaluación que nos permita valorar el trayecto que hemos recorrido.

Al iniciar el cuatrimestre, el profesor nos propuso que hiciéramos un blog, nos animó a escribir, a subir a éste todo aquello que nos llamara la atención, pensamientos u opiniones…que colgáramos todas aquellas palabras que se pierden entre cafés y que sólo compartimos con unos pocos…

En un primer momento, he de decir que me aterró la idea, porque me considero una persona bastante tímida. Además, nunca nos habían hecho salir del “corta y pega”, y cuesta.

Haciendo un repaso de mi blog, me doy cuenta de una evolución a lo largo de estos meses. Las primeras entradas se limitan a una serie de artículos que me llamaron la atención en su momento y quería compartir. Con el paso de las semanas, empiezo a redactar mis propias ideas.

Más tarde tuvimos que enfrentarnos a una exposición. En relación a ésta tengo que decir que me sorprendió gratamente. Los nervios siempre están presentes, es inevitable, dada nuestra falta de experiencia exponiendo. Sin embargo, el ambiente de confianza que se ha creado junto con nuestros compañeros y el profesor, además del interés que éste mostraba por las exposiciones, hizo que no se convirtieran en un mero trámite para superar la asignatura y que extrajéramos juntos las “píldoras” de cada presentación.


Profundizando un poquito en las exposiciones…

El tema del comercio justo, me interesa especialmente. Sin embargo, aunque los compañeros nos mostraron cómo ha aumentado la popularidad de estas iniciativas, creciendo los porcentajes de personas que han escuchado algo sobre estas tiendas o que han visitado alguna de ellas…¿cuál será el futuro de éstas?. En mi humilde opinión, es necesario un cambio de mentalidad de las futuras generaciones para que esta actividad proporcione un resultado relevante.

No digo que la gente no quiera colaborar con esta serie de iniciativas, pero es claro que vivimos en un mundo culturizado bajo la forma capitalista. Que como expusimos en nuestro trabajo sobre las multinacionales, se rige por la ley de maximización de beneficios. La lógica del consumo y el egoísmo individual, hacen que primen precios bajos por encima de cualquier iniciativa. Por supuesto hay gente que compra productos relacionados con el comercio justo, pero son muy pocos. La gente sigue priorizando el precio por encima de cualquier cosa.

En Madrid  nos podemos acercar a una cadena de establecimientos (“T”…) que ofrecen todo tipo de productos, no especialmente útiles, cuyo precio oscila entre 1 y 3 euros (en la mayoría de los casos). Resulta interesante pararse en una esquina y ver como todo el que entra sale con algo, que muy probablemente usará 2 veces, por aburrimiento o porque se romperá con toda seguridad en un corto periodo de tiempo.

Definitivamente, el precio es el que manda…

No hay consciencia de la finitud del mundo, de nuestra realidad. El tradicional proceso capitalista de acumulación (más, más y más). Los líderes de nuestro tiempo lo saben, pero prefieren vivir el ahora, el ya, el presente.

Todo esto se agrava cuando hablamos de una supuesta responsabilidad empresarial, tan de moda en los últimos años, tras miles de denuncias a grandes compañías por los efectos y desastres que causan el desarrollo de sus actividades. Una responsabilidad que han utilizado como estrategia publicitaria para seguir engordando sus cuentas.

La imagen es el elemento en torno al cual gira la masa en la actualidad. La imagen, la publicidad, se utiliza para seguir añadiendo capas de pintura a una cara deteriorada por culpa de continuos abusos.

La única salida para esta situación es la educación. Educación que pide a gritos una reestructuración completa, que permita que las personas vuelvan a tener interés en el aprendizaje, que les motive, que les deje expresarse y no someterse a profesores que les imponen una serie de normas y en la que deje de regir la competitividad.

Debemos de cambiar la “C” de competitividad por la “C” de colaboración. Educar a las futuras generaciones para que aprendan a mirar por los demás, en lugar de utilizarlos o pisarlos cuando lo consideran necesario.

Volviendo al tema del comercio justo. Cómo va a ser posible que estas iniciativas pioneras salgan a adelante en el ambiente que se ha estado cociendo durante años. Los niveles de desempleo hoy en día, como pudimos ver gracias al trabajo de nuestros compañeros crecen de manera imparable.

El aumento del paro disminuye lógicamente la capacidad adquisitiva de los consumidores, lo cual sigue beneficiando a los mismos de siempre. Las grandes superficies, aquellas que pueden ofrecer productos a precios irrisorios, lo cual sigue reforzando la situación de estos.

 Es obvio que todos somos conscientes de la serie de atrocidades y explotación que envuelve el éxito de éstas grandes compañías, pero si esto se oculta bajo una cara bonita, nos resulta menos doloroso seguir dándoles dinero.

Nos toca movernos dentro de este marco:

Educaciónà consumismo/competitividad
Inversión à en capital (preferible al trabajo)
Desempleoà creciente
Multinacionalesà Irresponsabilidad empresarial
Economía sumergidaà creciente
Agricultura y Ganaderíaà prima la cantidad frente a la calidad (problema para sanidad)

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GRACIAS a todos por estos meses...

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