jueves, 24 de febrero de 2011

Mundo finito, recursos finitos…ansia de beneficio infinita…


La economía tiene como base un sistema de relaciones que consiste en la producción y distribución de mercancías demandadas por la sociedad. Estas demandas están en continua transformación y se enfrentan al problema de la escasez. Esta escasez es crucial.

Las miles de movilizaciones que están teniendo lugar ahora mismo en países como Egipto, Libia, Grecia, etc; que buscan el derrocamiento de dictadores o protestar por los recortes sociales que se están llevando a cabo, como fórmula para paliar (en la medida de lo posible) la crisis económica mundial en la que nos vemos inmersos, ha hecho que cientos de personas se rebelen e incluso arriesguen sus vidas frente a un dictador como Gadafi, que no tiene reparo en mantener una lucha abierta contra su población. Peligran las necesidades básicas, por lo tanto los seres humanos, como animales que somos,  nos defendemos cuando nos vemos atacados. La situación que se está gestando en el mundo hoy en día nos empuja poco a poco a grados mayores de desesperación, lo cual está derivando en estallidos y revueltas populares, que progresivamente alcanzan niveles de violencia superiores. La población busca por un lado, conseguir derechos que les han sido negados por regímenes autoritarios como en el caso de Libia y Egipto, y que se presentan como un anacronismo que debe eliminarse a como de lugar, y por otro, no perder aquellos que ya han sido ganados y que ven recortados peligrosamente.

Cuanto más amenazada se siente dicha sociedad, la importancia de los costes disminuye…

Las situaciones desesperadas, como vemos, llevan a medidas también desesperadas. Lo cual resulta extremadamente arriesgado en un mundo globalizado e interdependiente como el actual. La huída de la población libanesa afecta directamente a los países de Europa. Se trata de personas sin miedo (el factor que más gustan de utilizar los cabecillas del capitalismo), ¿cómo manejar por tanto dicho problema?. A esto hay que sumar el encarecimiento del petróleo, que casi con total seguridad, obligará a muchos países, incluída España, a la subida de precios y al ahorro de energía, como ya se empieza a apuntar en algunos medios de comunicación.

Nos ha tocado vivir una época de cambios importantes…

Hace un par de días, tuve que hacer una presentación en clase sobre el sistema político en Reino Unido. Mi parte se basó principalmente en el período correspondiente al desarrollo del thacherismo. La Dama de Hierro subió al poder en un momento en el cual la crisis económica se combinó con una falta de alternativas para la salida de ésta. La postura de la futura primera ministra fue clara desde que empezó a ofrecer propuestas, (claramente contrarias al consenso que había reinado en Gran Bretaña durante 30 años) en la oposición, las cuales eran consideradas radicales incluso dentro del propio partido conservador. Sin embargo, una suerte de circunstancias, y una situación económica preocupantes hicieron que la población se aferrara a cualquier alternativa que pareciera viable para reflotar la economía. Su caída, junto con algunos malos movimientos en el tablero internacional, se debió principalmente a una nueva crisis que acababa con su punto fuerte de cara a las elecciones, el éxito económico.

Como vemos con este ejemplo, la falta de alternativas, posibilita el éxito de posturas radicales, lo cual se complica cuando se mezclan factores ideológico-religiosos en dichas situaciones. Obviamente, pase lo que pase, el estallido de una guerra mundial, en el sentido tradicional, no es posible, debido al nivel de armamento con el que cuentan los diferentes países; aunque se de el caso de la subida al poder de facciones radicales. Lo que sí es cierto es que el “oro negro” es escaso y una necesidad básica para los países en la actualidad (nuevamente entran en juego las demandas, la dependencia y la escasez…”lucha por la escasez” Sweezy). Como siempre, los más inocentes son los que pagarán el alto coste que resultará de esta situación.

Mundo finito, recursos finitos…ansia de beneficio infinita…


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